Los últimos años hemos visualizado que las grandes corporaciones en el mundo y en Chile comienzan a intensificar sus esfuerzos por "innovar", esto fuertemente movilizado por el sentido de urgencia que ha puesto el contexto actual, donde la tecnología está empujando la creación de nuevas compañías y amenazando la estabilidad de estas grandes corporaciones. Tal como lo señalan Michael Wade y James Macaulay en su libro "Digital vortex", esto parece evidente cuando hablamos de la industria de la banca, el retail y las comunicaciones -por nombrar algunos-, sin embargo existen sectores como las utilities que de momento miran con un poco mas de escepticismo lo que está ocurriendo.
En este contexto, la industria del agua y las utilities en general están en un entorno sin muchos incentivos claros para poder promover la innovación, considerando que Chile es un negocio regulado. En este punto de reflexión,surgen otros elementos movilizadores que motivan la innovación al interior de nuestra organización, tales como aumentar la reputación social y entregar un valor adicional hacia los ciudadanos.
La pregunta que surge es ¿cómo innovamos?, y por esta razón,hace dos años se creó AguasLab, una plataforma para poder gestionar la innovación. Aquí conectamos la compañía con el ecosistema externo-principalmente el mundo académico y emprendedor-, promovemos la colaboración entre compañías y organismos del estado,formamos parte de una gran red que ayuda a nuestra organización a generar capacidades al interior y resolver desafíos que hoy en día no podemos solucionar solos.
Sin embargo, en el camino, nos hemos dado cuenta que esto no es suficiente.Hay tres elementos que se deben considerar al momento de gestionar los equipos de innovación al interior de las organizaciones del tipo incumbentes. El primero de ellos tiene que ver con la concreción, es muy relevante que se generen resultados en el corto plazo para que no queden dudas de que la innovación genera valor. El segundo tiene que ver con conectar este ecosistema y sus esfuerzos con los objetivos y desafíos que tiene la organización de manera clara y medible. Y el tercer elemento tiene que ver con establecer un proceso de innovación claro y entendible por todos al interior de la organización -desde la alta dirección a los trabajadores- de manera de que estén alineados con los objetivos y que el aporte de valor sea cuantificable.
Como ultima reflexión, creo que la innovación debe estar fuertemente orientada a lo tecnológico, porque es ahí donde se deben trabajar las competencias de las organizaciones. Además,la innovación debe estar conectada con los equipos de mejora continua y, en ese sentido,con las áreas de recurso humanos, que tienen un tremendo desafío por impulsar la incorporación de estos nuevos perfiles y potenciar los existentes, para permear las nuevas capacidades que requieren las organizaciones para poder innovar.